Not found /home/motore/public_html/project/storage/app/public/test/Beinstein cuadro 3.pngNeofascismoAl igual que el fascismo clásico el neofascismo significa la radicalización de la explotación de recursos humanos y naturales, aunque el primero no tuvo el nivel despliegue planetario y la capacidad tecnológica del segundo. En ambos casos se trata de un gran salto cualitativo de la dinámica de explotación-opresión del capitalismo triturando libertades democráticas, garantías sociales de las clases bajas, identidades culturales, etc. Todavía seguimos impactados por las atrocidades pasadas del fascismo sin darnos cuenta muchas veces de la carga de barbarie, mucho mayor, de la que es portador el neofascismo. Los grandes genocidios del siglo XX se opacan ante las consecuencias posibles de la devastación neofascista en curso protagonizada por el Imperio y sus aliados.Es necesario profundizar el análisis del fenómeno, detectar sus principales características, algunas constataciones pueden servirnos para ello.Primera constatación: del rompecabezas ideológico fascista al pensamiento confuso neofascistaEl viejo fascismo no escondía su nombre y la mundialización del capitalismo bajo la forma de cultura occidental22 extendió desde sus bases europeas lo que aparecía según sus propagandistas como una mezcla de renovación vivificante de la modernidad y de restablecimiento del orden conservador y autoritario corrompido por el liberalismo y amenazado de muerte por el comunismo. El rechazo a la democracia burguesa, desde su forma monárquica constitucional hasta el elitismo republicano le servía en Europa como caballito de batalla para descalificar toda forma de democracia, de ese modo recogían las críticas populares de izquierda ante la estafa a la democracia realizada por las clases dominantes y las introducían en la mochila autoritaria.Los fascismos italiano, alemán o español encontraron partidarios en las élites periféricas. En 1936 nacieron las Falanges Libanesas, en 1937 aparecía la Falange Socialista Boliviana ambas formadas por admiradores del falangismo español y del fascismo mussoliniano, en los años 1930 gobernó El Salvador el dictador Martínez, un general admirador de Hitler aunque administrando un país económicamente dependiente de los Estados Unidos23, ya señalé la fuerte influencia del fascismo italiano en el golpe militar de 1930 en Argentina a lo que hay que agregar entre otras cosas las relaciones amistosas (sobre todo en la esfera militar